Sunday, September 21, 2003

Sueño #11

La sobreproducción mundial es un problema tremendo. Los controles poblacionales, la cultura de la no-explotación demográfica y anticonceptivos no ha funcionado. Ningún gobierno ha querido contraponer la violencia o represión en el control natal con el supuesto gran desarrollo y avance tecnológico que tenemos. Se han limitado las acciones a que en los medios, en cada momento mencionan el número real de habitantes en el planeta y un estimado de los recursos naturales y materiales (humanos) que nos quedan a nivel global 23% para compartir todos los seres humanos.

Así me despierto yo un día, escuchando la televisión prendida, con una barra negra con letras en blanco que pasa continuamente actualizándose en la parte inferior de la pantalla mientras se ven las noticias en el mundo.

Suelo despertarme así, tardaré unos minutos y luego me levanto. Pero hoy, de una manera que nunca se nos ocurrió empezarán a solucionarse nuestro problemas de sobrepoblación y escasez mundial.

Poco a poco durante el transcurso del día, nos empezamos a enterar de la aparición en todos los lugares del mundo de unos extraños seres invulnerables y en apariencia pacífica, que simplemente parecen haber aparecido de la nada. No se sabe de OVNIs, ni de ningún tipo de nave espacial o medio de transporte. Simplemente aparecen, están allí, nos observan, y en caso de que alguna persona haya intentado agredirlos, simplemente no parece que les pase nada. Les disparan y como si esos disparos nunca se hubiesen hecho, sólo se limitan a absorber las balas al impacto con su rostro benévolo, piel de tonos ocres, sepias, ámbares, naranjas y cobrizos; su gran altura, su cabeza grande y su mirada de alguna manera compasiva. ¡Se limitan a sonreír! Se alejan y desaparecen, pareciera solamente que se paran a hacer algo, como si nos tomaran fotografías y ¡se van! ¡Se van!

Han pasado sólo unos pocos días de la aparición de ellos, estoy hablando que éste es sólo el tercer día de esto. Nadie va al trabajo o se separa de sus seres queridos. En muchas lados la industria, las empresas y otros centros laborales argumentan que dada la actitud pacífica de los seres, no hay razón alguna para dejar de laborar y que esto podría acarrear pérdidas y efectos devastadores en nuestra siempre injusta economía global. El gobierno, el nuestro, aún no se pronuncia, ni nos obliga no nos recomienda nada. En otros países ya se buscan a estos seres para capturar alguno, para establecer contacto, o para forzar alguna manera de conocer sus verdaderas intenciones.

Hay las más diversas actitudes de los pueblos y en tan poco tiempo y con tan poca información yo tampoco sé qué hacer. Sólo estoy con mi familia en mi departamento. Fue difícil reunirnos, pero al menos estamos juntos. Acaba el tercer día de la aparición de estos seres alienígenas sin duda. ¿O siempre habrán estado aquí?

Esta es una época de huracanes, al menos sí aquí, en nuestro país, bueno, nuestra región del continente, pero hoy amanecimos con una tormenta increíble, totalmente impredecible, con muchísima agua y viento, pero estamos muy tierra adentro en el país, eso tampoco es usual.

Como vivo en una torre de departamentos y el mío da a una gran avenida, pero observar claramente los estragos de la tormenta en las calles. Es increíble, no veo absolutamente a nadie en las calles, ningún transeúnte, ninguna persona en los vehículos, advierto que ni nuestro guardia que vigila el acceso está en su puesto.

No sé desde que hora haya empezado esto, pero parece ser increíblemente un fenómeno mundial. Se ven en otras ciudades tomas que la televisión transmite. Todo indica que a todos nos dio tiempo de refugiarnos en nuestras casas o albergues… bueno a casi todos… Se ve cómo en otros países sus tormentas son de los más variadas pero es general, es increíble. Parece aumentar acá afuera la intensidad de la tormenta. El viento silva fuertemente entre las minúsculas rendijas que dejan mis ventanas. Se oye un trueno posterior a un monumental relámpago. En la televisión se ve que … no se ve nada ahora … ¿se cayó nuestra antena? ¿O acaso la teledifusora ya no transmite? El teléfono está muerto también, no hay celulares, ni intercomunicadores funcionando. Tenemos luz …

En la calle se ven cosas increíbles, los anuncios enormes caen a la calle, los autos son movidos por la fuerza del viento y del agua que se precipita y son arrojados unos contra otros en el estacionamiento que está junto al pie de nuestro edificio. Algunos árboles caen. ¡Oh no! Ahora caen casi todos.

El viento cambia terriblemente de dirección, muchos autos caen o son arrastradas a las calles y a las vías rápidas. Todavía había escuchado que el subterráneo lo cerraron muy temprano para que no llegaran los vagones a una zona ya anegada. El radio, lo olvidaba, escucharemos qué dice … sí, tengo pilas, pero … sólo estática …

¿Qué? Se acabó. Sí, así de repente. Sólo dejó de llover. El último viento huracanado se convirtió en una ligera brisa que deja azul el cielo, hace unos instantes completamente gris, obscuro, negro y lleno de relámpagos por doquier.

Quizá me precipité pero parece que no hubo problema que abriera una ventana y me asomara …

La gente sale a la calle y comienza a observar los estragos de esta inusual tormenta …

Ahora… alcanzo a destinguir … ¡prados!

Y allá … ¡Guau! ¿Cuándo aparecieron? ¿Cómo? ¡Son enormes! Se arrastran silenciosamente. ¿Qué son? ¿Para qué son? Es increíble…! Son una especie de enormes vagones de transporte color óxido con muchas llantas que sin hacer ruido en absoluto se desplazan, yo alcanzo a observar tres. Vienen hacia acá. Por allá hay otros tres, hacia el sur en la avenida. Bajo un paso a desnivel detrás de un puente observo cómo se pierden dos de esos transportes de vista. Deben ser ellos … ¿Han de venir por nosotros? Será fácil, estamos incomunicados, no podemos huir, ellos son invulnerables.

No me puedo quedar aquí, no sin defenderme. Veo que otros ya salieron a enfrentar a lo que sea que haya venido, o para lo que hayan venido esos “camiones”. No me deja mi papá pero comprende, él se queda a defender a mi mamá y hermanas. Veremos qué hacer …

Llegué abajo, ahora veo como hermanos a otros hombres, adultos y jóvenes que si acaso en una única ocasión habré visto antes. Nos acercamos con cautela y decisión, sólo algunos bates, bastones de los autos o navajas son nuestras armas, no sabemos nada de la policía, o bomberos, ni se oye nada, ninguna sirena en la ciudad. De hecho hay un silencio increíble que otrora las aves endulzaran … ¡es que no hay! ¿Estarán heridas o lastimadas? ¿O sólo demasiada asustadas…? Como nosotros …

No sé cómo salió o de dónde, ¡pero allá está uno de ellos! Se acerca rápidamente a uno de nosotros.

¡Dios! Parece que flota, sólo se desliza y le alarga una mano y … ya no veo que le pasa, el ser me estorba, con su gran altura y su vestimenta bloquean mi vista. ¡Quiero ver, quiero saber qué pasará! Un grito de alerta me hace voltear atrás a mi izquierda. Otros hombres salen corriendo despavoridos ante la inminente ¿captura? ¿muerte? Que esos seres impávidos nos pueden conducir.

Salgo corriendo tras de ellos, en un momento los alcanzo, pero no sé si huimos o es que atrapamos a alguno.

En la carrera veo a algunos y tras de ellos una especia de rayo de una masa verde viscosa que le disparan. A mí no me han visto, veo como corre uno de mis vecinos de planta y en su carreta la masa verde lo golpea e inmediatamente lo cubre completamente. La masa viscosa lo atrapa, lo inmoviliza, no sé si podrá respirar, esa masa se revuelve y … ¿qué le hace? ¡No sé! ¡Se está poniendo opaca! Lo intento alcanzar, estoy corriendo hacia él, no escucho que grite aunque seguro lo está haciendo. Está a escasos metros … ¡ugh! Veo verde. ¡Estoy atrapado! ¿Qué es esto? No puedo moverme. ¿Cómo las lanzan? No se ve que tengan armas. Esto se está poniendo opaco. ¿Qué va a ocurrir? Hasta tienen rostro benévolo… no nos dieron tiempo de nada. De los rumores, de la primera aparición a la confirmación de éstas en todo el planeta, a esto. ¡No pasaron más de treinta y seis horas por cada etapa! … Me debilito rápido, esto está muy opaco.


Despierto … No sé cuantos días llevo en este lugar. En este cuarto sólo está esta litera, donde despierto arriba, lo sé por mis marcas (deben ser mías, es mi letra) en la pared de metal. Este cubo plateado y sin soldaduras debe ser frío, pero no lo es. Es más, es cómodo, hasta confortable se podría decir, pero no la haré. No sé que ha pasado y no me siento seguro.


No recuerdo el día anterior, pero apenas y siento un poco de barba crecida, pero según yo así estaba hasta que … sí, debe ser así … hasta que me capturaron.
No recuerdo si como o si voy al baño, aunque, sí, estoy más delgado, pero me siento bien comido y descansado. Hasta más fuerte, me atrevería a decir. Un ruido a mi izquierda de puerta. ¡Oh! Hay una puerta al lado de las literas.


¡Despierto …! Me sobresalto y estoy en la misma litera … ¡me acuerdo de ayer! ¡Sí de ayer! No… parece que no. Veo otras dos marcar más en la pared. Deben ser mías. Pero ¿me acuerdo de hace tres días y de ayer no? ¡La puerta!

Bajo de un salto y no la veo. Pero si se abrió debe estar aquí. Paso la mano. No hay costuras. Es imposible. ¿si empujo? Empujo con mi cuerpo. Nada. Sólo el ruido hueco del metal. Me golpeé el hombro. Me due… ¡Ruido! Hacia delante. Un rectángulo en la pared, se hace hacia atrás, ¡la puerta! ¡Está abierta!

Salgo. Solo hacia la izquierda un pasillo. Lo recorro frenéticamente esperando salir, ver a alguien más. Corro a lo largo del pasillo, todas estas deben ser celdas sin puerta aparente, como la mía.

Un resplandor en la puerta al final del pasillo. Salgo. ¡Mucha luz! Tardo en recuperarme unos segundos. ¡Estoy pisando pasto! ¡Otra vida! Me hinco y lo agarro entre mis manos. Oigo murmullos de … gente. ¡Somos más! Allá hay muchos hombres y mujeres y están sembrando… Los veo muy callados, muy tranquilos y dedicados. ¿Están despiertos? Si lo están pues me observan extraños sin dejar de mover sus azadones tras una cerca y en un sembradío enorme. Estamos rodeados de bellas, verdes y pequeñas montañas. Una chica me hace una seña. Volteo para volver al edificio de donde salí. ¡Uh, no hay nada! Sólo estoy en medio de una vía entre dos enormes parcelas.

Me levanto con sigilo y medio agachado me acerco a la cerca donde está la chica.
- ¡Pásate, entra! – me dice.

Le hago caso y recibo un azadón de sus manos, me hace agacharme un poco firmemente y dice: - Trabaja, no digas nada.
No comprendo pero le hago caso, no se observa a nadie en los alrededores, no veo a ninguno de eso seres.

Nadie se ve asustado o que se sufra. Se esfuerzan en su labor, hago lo propio. Sólo noto algunas caras de preocupación como la de mi amiga de cabellos castaño claro o de sorpresa como la de un niño de unos 14 o 15 años del otro sembradío.

No sé qué sembraremos, mientras estamos surcando la tierra y quitando las hierbas y piedras que puedan aparecer. Yo he hecho antes esto, aunque no lo recuerdo. Mis manos lo hubiesen expresado antes con alguna ámpula o callo, que ya me empieza a surgir.

Trato de hablar pero varios me reprenden y me silencian. - ¡Shh! ¡Nos puedes meter en problemas! Es lo máximo que escucho de ellos.

Mi amiga me ve a los ojos, está de acuerdo con ellos. Me roza el hombro en señal de que continúe mi labor. ¿Me habré? (o ¿me habrán?) trasladado de sector o algo así, digo, como los sectores de cualquier prisión.


Llevo apenas un par de horas en esto. Me siento rendido. Sólo oigo breves exclamaciones de la gente, inmediatamente siento una presencia a mi lado, debe ser uno de ellos. No quiero levantar la vista, pero mejor debo voltear y encararlo. Así que me enderezco … ¡Despierto! Mi litera, mis marcas, ¿cuántas iban? Cansancio, cierro los ojos …


He de llevar varios meses, pero no sé si me despierto diario. No sé si cada vez que me despierto veo mis marcas en la pared de metal y hago una. A lo mejor duermo tan extraño que me despierto varias veces al día y hago varias marcas por ende.


Ruido. La puerta. Entra alguien y se cierra de nuevo. Es mi amiga del sembradío. Lleva puesta una bata como de lino de color hueso. Ella está como recién bañada y … yo también. Me levanto, ¡pero estoy desnudo! Me cubro rápidamente con la sábana de la litera de abajo. Veo allí otras marcas, por el momento no importan. La volteo a ver. Me dice – “Hola”. Alcanzo a articular yo también “Hola”. Le quiero preguntar todo lo que ella sabe, si sabe dónde estamos, qué hacemos, qué hago yo, qué ha sido de nuestras familias, de las otras personas, ¡de la humanidad! - ¿Qué es todo esto? Todo lo quiero preguntar, pero sólo la miro, me acerco un poco, nos observamos a los ojos y en un arranque inusitado nos abrazamos fuertemente. Al sentir su cuerpo cálido junto al mío, recuerdo que no sé desde cuando no tengo un contacto humano; en el sembradío apenas y me rozó el hombro como si supiera que no debía tocarme.

Ahora yo la beso apasionadamente. Dejo caer mi sábana entre ella y yo, y la despojo de su ligero camisón de lino que pone al descubierto su cuerpo desnudo y hermoso. Intempestuosamente nos tocamos, nos acariciamos, nos besamos. Beso sus senos, acaricio sus piernas, su cuello, su rostro. La tomo de sus nalgas, la giro, levanto sus piernas y beso sus partes. Es increíble, su sabor es delicioso; me sumerjo en ella, que me acaricia, me besa, me araña. La recorro toda y nos fundimos los dos en medio de un placer de deleite espectacular, abarcante, inundante … el éxtasis nos llega juntos. ¡Ay amor!

Despierto. Ya no es una litera. Sin embargo, veo mis marcas arriba. Las dos camas están ahora juntas en el piso y ella está dormida a mi lado boca abajo abrazada a mí, desnuda. No despierta aún, pero veo en su rostro una ligera sonrisa, en el mío se dibuja otra. Me siento muy bien, no sé muy bien cuál es mi situación y aún tengo muchas dudas, pero, ... me siento profundamente tranquilo en este momento, y las dudas pasan a segundo plazo.

Un ligero sonido a la izquierda. Ahora hay un hueco en la pared que tiene insertada algo parecido a una televisión. Veo a una persona dando algunas noticias. El volumen no es suficiente para oír qué dice. Sólo está él moviendo los labios. Tiene una vestimenta muy normal, de un occidental, aunque su rostro más bien parece hindú.
Abajo hay una tira negra con letras blancas en marquesina indicando un número increíble de población mundial, ¡más de cinco veces la última cifra que recuerdo! “Recursos Mundiales: 83%”, con una pequeña flecha indicando que aumentaron. ¡Es increíble! ¡¿Cómo pudo… ?!
¡Oh Dios! También leo: “Exportaciones Humanas en aumento a más de dos millones, promedio diario”…

Fin.