Thursday, June 23, 2005

Que La Fuerza esté con nosotros

Las cosas Siempre pasan por algo, es decir, tienen su razón de ser. Esto lo sé, se me ha enseñado y cada vez lo siento mejor comprobado y comprendido.

Hace unas semanas apenas tuve un accidente de tránsito. Un tipo en un auto viejo y él con aliento alcohólico se pasó un alto en una avenida importante y concurrida. Después del impacto y de percatarme que estaba bien y que el infractor también lo estaba, aunque golpeado, hice lo propio de acuerdo a avisar al seguro, conseguir una ambulancia para el otro conductor y atender a la policía que llegó.

El evento bien pudo ser muy diferente según lo analicé después. Yo finalmente me impacté con el lado delantero derecho de mi auto con el lado delantero derecho del suyo. Pero él bien pudo haber impactado su lado delantero izquierdo mi costado izquierdo, pues nos impactamos en diagonal, y el impacto hubiese sido directo a mí. Yo llevaba mi cinturón de seguridad, pero él no, y con ese impacto posible, pudo haber sido de consecuencias en verdad fatales.

No sé si fue lo poco que alcancé a frenar cuando lo vi ya encima de mí. No sé si fue que no iba tan rápido yo, o qué razón, pero afortunadamente ese impacto mortal no ocurrió. Siento que La Fuerza me acompaña. Es una manera de decir que “Dios me protege siempre” o que “no me tocaba”. Para mí, es más adecuado ese comentario que ningún otro.

Todo esto sucedía apenas una semana después que otro suceso igual de fuerte y más delicado ocurrió cuatro años antes. Mi secuestro “express” resultó sin más resultados que el económico y un susto tremendo para mi familia y mis seres queridos y personas cercanas. En ese entonces pensé lo mismo. Mucha, mucha gente me ayudó a mí y a mi familia; todo resultó bien pues salí íntegro e ileso.

Recordaba esto y pensaba escribir algo referente al momento en que volví a ver, después de 24 horas de ceguera inducida por mis captores, a un rostro familiar que aprecié con todas mis emociones juntas volver a ver: mi propio rostro. Estaba vivo, estaba bien. “Es bueno, muy bueno, volverse a ver uno mismo cada nuevo día”. La Fuerza nos acompaña.

Hace apenas dos semanas un tío mío, muy querido, muy cercano, falleció después de muchas cosas y de su aparente estabilidad y mejoría de salud. Fue otra víctima más del cigarro. Sí, si ustedes subestiman este vicio les puedo decir que en esta familia, mi familia por parte de mi mamá, el cigarro nos ha arrebatado a cuatro de nosotros. Entre el cáncer y los problemas cardiacos que provoca se centran sus consecuencias.

Sin embargo, las cosas tienen su razón de ser y confío que en esa experiencia propia se vuelva en testimonio para otros, ojalá en principio, en nosotros mismos, la familia.

Mi Tío ha regresado a formar parte del Absoluto, regresó al origen de La Fuerza. Su experiencia humana en esta ocasión ha finalizado. Lo extraño mucho, pero sé que está, como todo y como todos, aquí y ahora en el mismo Todo como parte del Todo.

Este año, es año de cambios, como lo fue para mí el 2001, el 2005 presenta en mí, mis ciclos de 4 años que experimento con regularidad.

Me siento muy Feliz por muchas razones, personalmente tengo cambios en el lado sentimental que me llenan, es maravilloso todo esto.

Me siento tan completo porque Vivo, porque disfruto, porque aprendo. Por que Vivo mi Vida. Por que La Fuerza me acompaña.

Por todo lo anterior, por lo presente, por lo que viene, por el aquí y el ahora. Por todo, Que La Fuerza esté con nosotros… ¡Siempre!