Friday, January 28, 2005

Muerte #1

Estabamos en la plaza, como es común, es empedrada y está rodeada de los arcos de las casas importantes y de los lugares de gobierno. Allá adelante se ve la fuente, sin agua y medio rota, y al fondo se ve la escalinata que lleva a la iglesia.


Ya estaba cansado de pelear. La espada me pesaba y el escudo era muy incómodo y duro. Él, como yo, sabíamos que esto se tenía que terminar ya. Era él o era yo, y ya llevábamos varios minutos en fuerte contienda.

Empuñe una vez más con fuerza y me lancé hacia mi derecha, me rechazó el golpe con la espada. Inmediatamente traté de cruzar otro espadazo a su flanco derecho, pero su escudo le fue útil nuevamente. Al girar invertimos posiciones y contraatacó; el escudo, la espada, el escudo dos veces más me ayudaron. Giramos de nuevo, una estocada mía, la esquiva. ¡Otra!, empuja mi espada a mi lado izquierdo con la suya. Me empuja con el escudo y lo rechazo. Tensos segundos de separación.

Se ve más entero que yo. Yo me siento agotado ya. ¡Pero acabaré con él! Así que hacia adelante y hacia arriba, blando la espada y hacia abajo: escudo, otra vez misma arremetida: espada. Da un paso atrás por impulso de mi segundo golpe. Aprovecho: de izquierda a derecha hacia el cuello: su escudo. Empujo: paso hacia atrás de él, pero se recupera y golpea: mi escudo. Tomo mi empuñadura al revés, blado hacia arriba, funciona, pero a medias: reaccionó rápido. Recuperamos posiciones y arremetemos ambos con mucha fuerza. Yo recuerdo gritar, pero de él no recuerdo más que algún ronco gemido.

Las hojas se ahora crispan en lo alto. Avance mío: escudo. Remate de él: escudo. Nuevamente él: escudo. Siento que éste se cuartea y me arde el brazo por el duro retumbar del golpe. Me pesa más la espada. Hacia adelante, me rechaza con su escudo. Nuevamente dos lances de él que rechazo con mi escudo: ¡me arde, me quema el brazo! Ataco: escudo; embisto con una estocada a mi izquierda, la esquiva y golpea mi espada hacia abajo, ésta se golpea contra el piso y me retumba la mano. Me siento cansado... Arremeto hacia arriba desde mi izquierda: escudo en lo alto; de nuevo voy por arriba: su escudo retumba. Voy a contraatacar y ... ¡Recibo un golpe duro! Seco.

Me sacudo.. inmediatamente siento que el golpe retumba en mi pecho como caja de resonancia, me contraigo de todo el cuerpo del abdomen hacia arriba. Me falta el aire. Me sacudo. Suelto mi espada, cae a mi lado derecho, y se oye su estrépito contra la piedra. Él da un paso atrás. Mi mirada sigue hacia el frente pero la siento vacía.

Acerco mi mano libre a mi costado izquierdo. Caliente. Mojado. Agacho la cabeza un poco para ver mi mano: bañada en sangre, ¡es mi sangre!. No hay dolor. Veo extrañado mi mano al girarla un poco y vuelvo a mirar al frente lentamente. Pero mi vista ya no tiene el mismo alcance. Mi brazo izquierdo aún doblado con el escudo, ya no se sostiene, cae y el escudo se desliza y golpea el piso. Me cuesta mucho intentar respirar, sólo consigo pequeñas inspiraciones como jadeando. El sonido empieza a perderse.

Mi mirada se empieza a nublar, continuo sintiendo cómo los sonidos los voy dejando de percibir. Siento cómo me baja la temperatura: debo estar muy pálido y mis ojos se estarán vidriando o algo similar. Caigo de rodillas sin oposición, me ladeo a mi izquierda y caigo completamente. No siento el golpe de la caída. No sé si me golpeé la cabeza. La trato de enderezar, pero las fuerzas me están abandonando rápidamente. Veo sus pies, cómo da otro paso hacia atrás para contemplar lo que me está ocurriendo. Veo lo horizontal, mal nivelado y accidentado del empedrado y alcanzo a ver muy borrosa la base de la fuente de piedra.

Mi vista se nubla más, siento frío, pero al mismo tiempo dejo de sentir y dejo de escuchar poco a poco. Siento un poco del denso líquido que se escapa de mi ser. Tengo ganas como de llorar, pero no tengo la energía para hacerlo, se van perdiendo mis sentidos todos. Cada vez siento menos, menos energía, menos calor, menos. Sólo percibo muy lejanos los latidos cada vez más dificultosos de mi corazón. Menos, menos, menos... Me quedo quieto, no me puedo mover, por más que lo deseo, mi mente se va haciendo lenta, muy lenta, no coordino ideas, tengo imágenes, no sé que son ¡me estoy vaciando en todos los sentidos! Menos, menos, menos, Menos, MENOS.

NADA.


Aquí, en este momento fue que me desperté. Muy sobresaltado ¡¡Respiro!!

Fue la primera vez que soñé que moría...
o ¿Realmente ya morí esa vez?

Veracruz, Ver., Septiembre del 1995 (aproximadamente).

1 comment:

Gustavo Avilés said...

So, yo died...

Wellcome back!